miércoles, 12 de julio de 2017

Lo que el ataque de Gavà nos enseña sobre islamofobia

Algunas páginas y periódicos digitales como este siguen poniendo que el criminal era un marroquí.


Este es el marroquí: Jorge Casas Cordero, evidentemente el nombre y los apellidos son típicos de Marruecos, como aseguran, por ejemplo, en este otro enlace.
Y así muchos....

Cerca de las tres de la tarde del pasado jueves dia 6, saltaba la noticia de un ataque en Gavà. Al principio la información era limitada, como demuestran las versiones iniciales. Una decía que un atacante había entrado al tanatorio de la localidad catalana disparando a los asistentes. La otra, que tras parar en un control de los Mossos, el individuo sacó el arma y disparó a los agentes. 
Con pocos detalles disponibles sobre el ataque, El Periódico de Catalunya publicaba la siguiente información, borrada poco después, en la que recogía una descripción del tirador cargada de subjetividad: "Según los testigos, es un individuo de apariencia magrebí, con barba".


Noticia del 'Periódico de Catalunya' sobre el ataque de Gavà.
En El Español la descripción era similar: "El asaltante de apariencia magrebí llevaba barba e iba vestido con una camisa a cuadros". 


Noticia de 'El Español' sobre el ataque de Gavà.
¿Por qué en los medios un tipo con camisa a cuadros y barba tiene aspecto de magrebí y no de hipster del barrio de Malasaña? Es obvio que la imagen de terrorista yihadista que tenemos está inspirada en la figura de Osama bin Laden, entre otros, la cual ha determinado nuestro imaginario. Por eso sorprenden casos como el terrorista que asesinó a varias personas en un supermercado de París, un hombre negro joven que abrazó los preceptos del terrorismo yihadista.
Posteriormente se ha dado un fenómeno cada vez más recurrente a medida que la amenaza del terrorismo reivindicado por ISIS crece en Europa. Hay más prisa por descartar la motivación yihadista que por conocer los motivos del ataque. Parece inevitable, pero a día de hoy tranquiliza más descartar el terrorismo que saber por qué un individuo se pone a disparar a policías. En el caso de Gavà hubo un ejemplo más cuando incluso antes de detener al autor, los Mossos señalaron en Twitter que el incidente no estaba relacionado con actos terroristas.
L'incident de Gavà no estaria relacionat amb acció terrorista segons les primeres informacions policials.Continua dispositiu x detenir autor
Una vez identificado el autor del ataque se difunde el nombre: Jorge Casas Cordero, de 44 años, con nacionalidad española, residente en Calafell y que tras ser detenido dijo que buscaba "venganza". Los Mossos le relacionan con dos asesinatos recientes y sospechan de su vinculación con el crimen organizado. 
No obstante ya era tarde. Sin apenas información y con todo el mundo ávido de detalles, por las redes sociales ya comenzaba a volar información relacionando el ataque con el yihadismo. En una sociedad en la que nuestro pánico ante el terrorismo es mayor (por motivos evidentes) lanzarse a la piscina haciendo relaciones que llevan a pensar en yihadismo, como la tez oscura, la barba o que fuera un tiroteo, conforman un ejercicio de poca responsabilidad con la sociedad y de evidente islamofobia hacia la comunidad magrebí y/o musulmana. 
Con las primeras descripciones, y suponiendo el aspecto magrebí de la tez oscura y la barba, en la sociedad ya se hacen tres suposiciones islamófobas que pueden ser ciertas o no. En este caso, ninguna de las tres se cumplió. A ello se sumó que las primeras informaciones apuntaban a que el atacante usó un kalashnikov, arma habitualmente utilizada por las organizaciones terroristas.
La primera suposición relaciona la barba y la piel oscura con el aspecto magrebí. Una descripción que también encaja perfectamente en la del español medio que va del barrio de Malasaña a la costa andaluza, pasando por todo el territorio. Pero resulta que Jorge Casas no es magrebí.
La segunda relaciona el aspecto magrebí con la religión musulmana. Aunque en países como Marruecos se profesa mayoritariamente el islam, en un mundo cada vez más globalizado y con libertad religiosa no se puede determinar al 100% el credo de una persona por su aspecto. Pero sigue ocurriendo, pese a que no es difícil encontrar a población magrebí atea.
Además, el Pew Research Center señaló en un estudio que la mayoría de la población musulmana reside en Asia, especialmente en India, cuyo aspecto físico dista del prototipo de magrebí.
La tercera, y la más grave por sus implicaciones, es la que une a la población magrebí y musulmana con el terrorismo. En el supuesto de que las dos anteriores se cumplan, la tercera lanza el mensaje de que todos los musulmanes son potenciales terroristas. 

El ataque en Gavà demuestra otra vez la islamofobia presente en los medios y la poca prudencia al informar sobre posibles atentados. La mezcla de ambas deja como resultado una información que, por un lado, criminaliza a un segmento de la población y, por otro, aumenta el nivel de pánico (ya bastante alto) al lanzar hipótesis sobre sucesos que, sin apenas detalles, se insinúan como atentados de corte yihadista. Y ni los musulmanes merecen ser catalogados como terroristas, ni la sociedad se merece vivir un miedo mayor del que ya infligen la realidad y los hechos.

Articulo copiado de eldiario.es

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