lunes, 6 de mayo de 2013

Terrorismo y otras religiones

Terrorismo y otras religiones

Las tasas de asesinatos en la mayor parte del mundo musulmán son muy bajas en comparación con EE.UU.

Fuente: WebIslam
terrorismo-religioso
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Contrariamente a lo que afirman fanáticos como Bill Maher, los musulmanes no son más violentos que la gente de otras religiones. Las tasas de asesinatos en la mayor parte del mundo musulmán son muy bajas en comparación con EE.UU.
Hablando de violencia política, la gente de tradición cristiana en el Siglo XX aniquiló a decenas de millones de personas en dos guerras mundiales y en la represión colonial. Esa masiva carnicería no tuvo lugar porque los cristianos europeos fueran peores o diferentes de otros seres humanos, sino porque fueron los primeros en industrializar la guerra y dedicarse a un modelo nacional. A veces se argumenta que no actuaron en nombre de la religión sino del nacionalismo. Pero, realmente, ¡qué ingenuidad! La religión y el nacionalismo están estrechamente entrelazados. El monarca británico es jefe de la Iglesia de Inglaterra, y eso todavía significaba algo en la primera mitad del Siglo XX, por lo menos. La iglesia sueca es una iglesia nacional. ¿España? ¿Estaba realmente desconectada del catolicismo? ¿No jugaron un papel en la Guerra Civil la Iglesia y los sentimientos de Francisco Franco al respecto? Y lo que es bueno para uno… gran parte de la violencia musulmana también es impulsada por formas de nacionalismo moderno.
No creo que los musulmanes hayan matado más de unos dos millones de personas por causas de violencia política en todo el Siglo XX, y ocurrió sobre todo en la Guerra Irán-Irak en 1980-1988 y las guerras soviética y post soviética en Afganistán, por las cuales los europeos comparten parte de la culpa.
Comparemos eso con la cuenta cristiana europea de, digamos 100 millones (16 millones en la Primera Guerra Mundial, 60 millones en la Segunda Guerra -aunque algunos son atribuibles a budistas en Asia– y millones más en guerras coloniales).
Bélgica –sí, la Bélgica de la cerveza de fresa y del extraño castillo de Gravensteen– conquistó el Congo y se calcula que mató a la mitad de sus habitantes con el pasar del tiempo, por lo menos unos ocho millones de personas.
O, entre 1916-1917 las fuerzas zaristas rusas –enfrentando la revuelta de los Basmachi en Asia Central que trataban de derribar el régimen cristiano, europeo– mataron un millón y medio de personas. Dos muchachos criados o nacidos en uno de esos territorios (Kirguistán) acaban de matar a cuatro personas e hirieron gravemente a otras. Es horrible, pero nadie, sea en Rusia, en Europa o en Norteamérica tiene la menor idea de que los centroasiáticos fueron asesinados en masa durante la Primera Guerra Mundial y que gran parte de su riqueza fue saqueada. Rusia, en esos días, era un imperio cristiano ortodoxo oriental (¡y parece estar emergiendo otra vez!)
Además, entre medio millón y un millón de argelinos murieron en la guerra de independencia de Francia de ese país entre 1954 y 1962, ¡cuando la población era solo de 11 millones!
Podría continuar interminablemente. Siempre que se estudia el colonialismo europeo en África y Asia aparecen cadáveres. Muchos cadáveres.
Pensándolo bien, tal vez los 100 millones de personas muertas por gente de origen europeo cristiano en el Siglo XX sea una subestimación.
En cuanto al terrorismo religioso, eso también es universal. Hay que reconocer que algunos grupos utilizan más que otros el terrorismo como táctica. Los sionistas en la Palestina del Mandato Británico fueron terroristas activos en los años cuarenta, desde el punto de vista británico, y en el período 1965-1980, el FBI consideró que la Liga de Defensa Judía era uno de los grupos terroristas más activos de EE.UU. (Sus miembros conspiraron en cierto momento para asesinar al representante Dareell Issa (Republicano
de California) por su origen libanés). Ahora, cuando los nacionalistas judíos se salen con la suya en gran parte, el terrorismo ha disminuido entre ellos. Pero probablemente reaparecería si no fuera así. De hecho, uno de los argumentos que algunos políticos israelíes usan para permitir que los colonos israelíes conserven tierras palestinas que han usurpado en Cisjordania es que el intento de hacer que se vayan produciría violencia. Es decir que los colonos no solo aterrorizan realmente a los palestinos, sino que representan una amenaza terrorista para el propio Israel (como descubrió el difunto primer ministro Yitzhak Rabin).
Incluso más recientemente me cuesta ver mucha diferencia entre Tamerlan Tsarnaev y Baruch Goldstein, perpetrador de la matanza de Hebrón.
Y hay que considerar el atentado a sangre fría del santuario de Ajmer en India por Bhavesh Patel y una banda de nacionalistas hindúes. No lograron enteramente su objetivo cuando una segunda bomba que colocaron no estalló. Ajmer es un santuario ecuménico sufí que también es visitado por hindúes, y esos fanáticos querían impedir que se compartieran los espacios espirituales porque odian a los musulmanes.
Los budistas también han cometido mucho terrorismo y otros actos de violencia. Muchos miembros de órdenes Zen en Japón apoyaron el militarismo en la primera mitad del Siglo XX, por lo cual sus dirigentes se disculparon posteriormente. Y hubo la campaña de asesinatos de Inoue Shira en el Japón de los años 30. Actualmente, monjes budistas militantes en Birmania/Myanmar instan a una campaña de limpieza étnica contra los Rohingya.
En cuanto a la cristiandad, el Ejército de Resistencia del Señor en Uganda inició hostilidades que desplazaron a dos millones de personas. Aunque es un culto africano, es cristiano en su origen y el resultado de la prédica de misioneros cristianos occidentales en África. Si los predicadores wahabíes saudíes pueden ser culpados parcialmente por los talibanes, ¿por qué los misioneros cristianos se sorprenden cuando consideran la reacción de sus discípulos?
A pesar de la gran cantidad de musulmanes europeos, en 2007-2009 menos de 1% de los actos terroristas en ese continente fueron cometidos por personas de esa comunidad. El terrorismo es una táctica de extremistas dentro de cada religión, y dentro de religiones seculares marxistas o nacionalistas. Ninguna religión, incluido el Islam, predica una violencia indiscriminada contra inocentes.
Se requiere un tipo peculiar de ceguera para considerar “agradables” a los cristianos de origen europeo y a los musulmanes inherentemente violentos, en vista de los hechos en el Siglo XX que mencioné anteriormente. Los seres humanos son seres humanos y la especie es demasiado joven y demasiado interconectada para haberse diferenciado mucho de grupo en grupo. La gente recurre a la violencia por ambición o por agravios, y mientras más poderosos son, más violencia parecen cometer. La buena noticia es que la cantidad de guerras va disminuyendo con el pasar del tiempo y la Segunda Guerra Mundial, la mayor matanza de la historia, no se ha repetido.
Juan Cole es profesor titular de Historia en la cátedra Richard P. Mitchell y director del Centro de Estudios del Sur de Asia en la Universidad de Michigan. Su libro más reciente es “ Engaging the Muslin World”, en Palgrave Macmillan.
Fuente: http://www.zcommunications.org/terrorism-and-the-other-religions-by-juan-cole
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens