viernes, 14 de octubre de 2011

Una mujer musulmana premio nobel de la paz

La activista yemení pro derechos humanos Tawakul Karman, galardonada con el Premio Nobel de la Paz de 2011 junto con otras dos mujeres, declaró hoy en una entrevista con la cadena de televisión Al Jazeera que lo dedica a los protagonistas de la "primavera árabe".
Karman calificó este premio como “un honor para todos los árabes, los musulmanes y las mujeres”.

“Dedico este galardón a todos los protagonistas de la primavera árabe”, agregó. Confesó que se siente “feliz y sorprendida”, y se declaró dispuesta a actuar como “embajadora de la paz” de las naciones árabes.

Tawakul Karman es fundadora de la ONG Mujeres Periodistas Sin Cadenas y alta funcionaria del partido islámico Al Islah (Congregación Yemení por la Reforma), que optó por la oposición pacifica al regimen de Abdala Saleh. Participa en las protestas antigubernamentales desde 2007.


Las mujeres musulmanas  no son ni han sido nunca mujeres sumisas, sino muy activas, que trabajan por encontrar su espacio en la sociedad en todos los campos. Mujeres defensoras de su cultura y su identidad que quieren adaptarse a estos tiempos de cambio sin abandonar sus orígenes, buscando el equilibrio entre la religión y la modernidad. A mi me parece muy positivo que las mujeres en el mundo musulmán cada vez vayan tomando mas protagonismo, no solo para desmontar estereotipos creados desde occidente de supuesta inferioridad de las mujeres musulmanas sino también porque creo firmemente que tendríamos un mundo mejor si las mujeres cada vez accedieran a mas puestos de responsabilidad.
link de la noticia:
http://sp.rian.ru/international/20111007/150983274.html

No voy a odiar. Izzeldin Abuelaish

"A mis pacientes israelíes no les importa que yo sea palestino, lo que les importa es tener a alguien que les ayude con su problema médico. A los palestinos no les importa que yo trabaje en Israel , lo que les importa es tener seguridad en su vida y que sus niños reciban tratamiento medico cuando lo necesiten. Sin embargo sigo encontrándome gente que se sorprende de que un médico palestino trate a pacientes judios. Mucha gente da por sentado que nos odiamos, que cada lado quiere ver al otro desaparecer de la faz de la tierra. Estoy seguro que esos sentimientos existen entre determinada gente, pero la experiencia me dice que no en el número que dice la retórica."

"El Coran me enseñó que debemos soportar el sufrimiento con paciencia y perdonar a aquellos que crean las injusticias que causan el sufrimiento humano. Eso no quiere decir que no debamos combatir la injusticia.”

Estas dos frases entresacadas del libro "No voy a Odiar" resumen el pensamiento de este hombre que es el de muchos palestinos, el Islam nos obliga a perdonar (Allah es el perdonador) a no juzgar (Allah es el que juzga) y a combatir la injusticia desde la razón y no desde la violencia.
Por otro lado demuestra que no es verdad que todos los palestinos e israelíes, judios y musulmanes se odien y no puedan convivir juntos (pese a las minorías radicales por ambos lados que predican el odio), son las malas políticas y los malos dirigentes los que dificultan el entendimiento. La gente corriente solo quiere vivir en paz.
El médico Abuelaish no era un desconocido en la sociedad israelí. Nacido y criado en Jabalia, un campo de refugiados de la franja de Gaza donde viven hacinadas miles de personas, logró forjarse un futuro a base de trabajo y fuerza de voluntad, pese a todo un rosario de humillaciones. Recibió una beca para estudiar Medicina en El Cairo y se diplomó en el Instituto de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Londres. Completó su residencia en el hospital Soroka de Israel. Antes de que sus tres hijas fueran asesinadas en un ataque sobre Gaza del ejercito israelí, el doctor Abuelaish trabajó como investigador en el Instituto Gerner en el hospital Sheba de Tel Aviv. Tenía muchos amigos médicos en Israel y conocía a varios periodistas.

La matanza en su casa no cambió su posición en contra de la violencia y en favor de una coexistencia pacífica entre palestinos e israelíes. Tampoco las versiones deshonestas del ataque, por muy doloroso que fuera escuchar «la verdad falsificada» sobre unas niñas que habían sido educadas en el diálogo y la no violencia. «Izzeldin Abelaish representaba una amenaza para el concepto de que todos los palestinos son terroristas», según la interpretación de un analista de Tel Aviv.

En efecto, la venganza estaba en los labios y en el pensamiento de la mayoría de la gente con la que Izzeldin hablaba aquellos días, y que él rechaza. «Juntos, mis hijos y yo luchamos para salir adelante. Intenté aplacar el coro de voces de gente que me llamaba pidiendo sangre israelí para compensar la vertida por mis hijas. Hubo alguien que me preguntó: ‘¿Es que no odias a los judíos?’ ¿A qué judíos se supone que debo odiar?, contesté yo. ‘¿A los médicos y a las enfermeras con las que trabajo? ¿A los que están tratando de salvar la vida a Ghaida y la vista a Shatha? ¿A los bebés que he ayudado a nacer? ¿A las familias como los Madmoony que me dieron trabajo y refugio cuando era un crío?’».

«El odio es una enfermedad que impide la cicatrización y la paz», repite Izzeldin, contrario a «los interminables ciclos de venganza y castigo». «Esta catástrofe de la muerte de mis hijas y mi sobrina ha hecho profundizar mi creencia de cómo tender puentes», asegura el doctor, que hoy vive en Canadá con sus hijos, lejos del infierno de Gaza.

Este médico además ha creado una fundación en memoria de sus hijas y para promover la educación y el progreso de las mujeres palestinas: 
http://www.daughtersforlife.com/

miércoles, 12 de octubre de 2011

Sobre la matanza de coptos en Egipto. Algunas reflexiones.

Con mucha tristeza y no poca sorpresa leí la noticia de esta nueva matanza de civiles inocentes. Tristeza por la pérdida de vidas humanas y por la violencia innecesaría que todavía siguen ejerciendo los poderes militares en muchos países, y sorpresa por el enfoque que desde muchos medios se ha dado a la noticia, culpando de nuevo a los musulmanes de esta horrible matanza y presentando a la minoría copta como víctima de radicales islámicos.
Nada mas lejos de la realidad ya que estos hechos (que por cieto aun se siguen investigando) fueron un enfrentamiento entre civiles y militares, no entre musulmanes y cristianos, la prueba está en que entre los militares detenidos hasta ahora por los hechos también hay algunos cristianos.
La comunidad copta en Egipto lleva siglos conviviendo en paz con sus vecinos musulmanes, y son solo hechos puntuales y aislados los que a veces enfrentan a grupos reducidos de ambas comunidades.
Es verdad que en Egipto, mientras no se mejoren las cosas, todavía la minoría copta tiene pocos derechos, pero los mismos pocos derechos que tiene el resto de la población, no olvidemos que por eso se está haciendo la revolución actual en los países árabes, para exigir derechos y libertades.
El intentar dar de nuevo un enfoque religioso desde el punto de la exclusión y la discriminación religiosa es absurdo en países donde hasta ahora no se han reconocido muchos derechos civiles básicos.
Me sorprendió también que en la prensa española se le diera tanta amplitud a esta noticia y no se hable absolutamente nada de las matanzas que a diario hay en Siria de civiles. Será que cuando los manifestantes muertos son musulmanes no son noticia ni le importan a nadie.