Los signos religiosos no pertenecen "al ámbito de lo privado del cada uno en su casita". Al contrario, "el artículo 16.1 de la Constitución establece el principio general de que las personas y las instituciones tienen derecho a manifestar su credo con el único límite del orden público". Está es al menos la opinión de los obispos respecto a la polémica del velo, sin querer entrar en el caso concreto de la chica de Pozuelo.
El portavoz del episcopado, Juan Antonio Martínez Camino, reiteró, una y otra vez en rueda de prensa, que no se puede resolver el caso del velo con "una solución simplista".
La Iglesia no tiene soluciones técnicas, pero "las soluciones técnicas de los reglamentos de los consejos escolares tienen que tener en cuenta los derechos fundamentales de todos" y, en concreto, el principio constitucional de que los individuos y las comunidades "tienen derecho a manifestar su religión o sus creencias", siempre que no perturben el orden público.
Un principio general que es aplicable tanto al velo musulmán como al crucifijo católico, porque, según el secretario de la Conferencia Episcopal, se trata de "asuntos interrelacionados y complejos". Eso sí, lo que tienen claro los obispos tanto en el caso del velo como del crucifijo es que sostener que "los signos religiosos pertenecen al ámbito privado atenta contra la Constitución española".
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